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Ansiedad: una guía sencilla

Una de las condiciones de salud mental más comunes en la actualidad es la ansiedad.

Probablemente hayas escuchado frases como: “Está enfermo de los nervios”, “Es muy nerviosa”, “Todo le estresa” o “Le dan ataques de nervios”. Comentarios que, con una valoración adecuada por parte de un especialista, en muchos casos hacen referencia a cuadros de ansiedad. Y aunque solemos pensar que “eso no me va a pasar”, ¿qué sucede cuando, sin darnos cuenta, empezamos a vivir con ese temor constante, esa preocupación que nos quita la calma?


Para comprender la ansiedad, primero hay que empezar desde lo básico: ¿Qué es?, ¿de dónde viene?, ¿cómo se manifiesta? En este blog estaré compartiendo información clara y cercana sobre este tema, y hoy comenzamos por lo esencial: entender qué es la ansiedad.


La ansiedad tiene su origen en una emoción que todos hemos experimentado: el miedo. El miedo es una reacción natural y necesaria para protegernos del peligro. Por ejemplo, si estamos en un balcón muy alto sin protección, nuestro cerebro percibe el riesgo: “Cuidado, si te acercas puedes caer y lastimarte”. Esa señal activa una respuesta física automática: el cuerpo se tensa, damos un paso atrás. En ese caso, el miedo cumple su función: nos cuida.

La ansiedad funciona de forma similar, pero en lugar de responder ante un peligro real y presente, reacciona ante pensamientos, recuerdos o anticipaciones que interpretamos como amenazas. A veces, esos temores vienen de experiencias pasadas o creencias que nos enseñaron a estar en alerta.

Imaginemos este pensamiento: “Me despidieron de mi trabajo anterior, seguro aquí pasará lo mismo”. Esta idea activa un miedo profundo no solo al despido, sino a revivir emociones dolorosas como el rechazo, la frustración o la desvalorización. Con el tiempo, ese miedo puede instalarse en el día a día y manifestarse como ansiedad.

La mente repite el pensamiento, el cuerpo reacciona: se acelera el corazón, hay sudoración, sensación de calor, temblores, dificultad para respirar, incluso despersonalización. En algunos casos, el foco deja de ser el miedo inicial (“me van a despedir”) y se convierte en miedo a sentir ansiedad y sus síntomas.

Y aquí es donde el conocimiento puede marcar la diferencia. Entender cómo funciona la ansiedad es el primer paso para empezar a gestionarla. Nuestros pensamientos tienen un papel clave: suelen ser los que activan y mantienen el malestar. Por eso, identificarlos es fundamental.


💛 Te dejo un ejercicio sencillo para comenzar:

Lleva un registro diario en tu libreta o diario personal. Cada vez que sientas ansiedad, anota:

🔹 ¿Qué estás pensando en ese momento?

🔹 ¿Qué estás sintiendo?

🔹 ¿Qué sensaciones físicas aparecen?


Observar sin juzgar es el primer paso para transformar.


En este blog seguiré compartiendo información y herramientas para cuidar tu salud mental desde un lugar claro, cercano y profesional.


Si deseas iniciar tu proceso terapéutico, puedes agendar una cita desde la página principal. Estoy aquí para acompañarte.



 
 
 

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